jueves, 2 de noviembre de 2017

¿Qué es la higiene del sueño?

Todos sabemos que dormir bien es importante, pero también que cuanto más crecemos más cuesta sacar tiempo durante la rutina diaria para hacer las cosas que nos gustan. Sin embargo, nuestra situación como adultos que posponen el acostarse para ver una peli con sus parejas no es comparable a la de los más pequeños de la casa. Dormir bien resulta imprescindible para el correcto crecimiento de nuestros hijos, y es por ello que hoy hablaremos de la higiene del sueño.




Con todo, muchos os estaréis preguntando por qué es tan importante que los niños duerman bien. ¿Acaso es solo porque si no descansan al día siguiente se portan peor? No, para nada. Para empezar, una de las hormonas más importantes relacionadas con el crecimiento alcanza sus picos máximos de liberación durante el sueño de ondas lentas (vamos, el sueño profundo de toda la vida). A su vez, dormir mal afecta a su capacidad de concentración y su humor, por lo que el rendimiento escolar se verá afectado por la falta de sueño, llegando a extremos como que se duerma en clase si durante varias noches consecutivas no descansa como es debido. 

Por regla general, un niño pequeño (de 3 a 10 años) requiere aproximadamente unas 10-12 horas de sueño diarias, pero esto no siempre es posible. Los niños son revoltosos por naturaleza, y a menudo tenemos problemas para acostarlos o que se queden dormidos. Es por esto que la higiene del sueño resulta de tanta utilidad, pues constituyen un conjunto de prácticas encaminadas a conseguir un sueño de calidad. Si bien aquí lo enfocaremos algo más hacia los niños, todas estas pautas pueden ponerse en práctica en adultos con excelentes resultados.

En primer lugar, debemos controlar el consumo de sustancias durante las horas previas a acostarnos, evitando productos excitantes como el té, café, coca cola o chocolate durante la cena, así como alcohol o nicotina en adultos. Asimismo, es recomendable dejar pasar un tiempo entre que cenamos y nos acostamos, y que ésta sea una comida ligera para evitar ir a cama con sensación de pesadez. 


En relación al ejercicio físico, siempre es recomendable practicarlo, pero para un correcto descanso resulta preferible evitarlo a las últimas horas del día, pues reactiva el organismo y nos costará más acostarnos. Algo similar sucede con las siestas, pues si bien son recomendables estas nunca deberían exceder los 20-30 minutos ni tomarse poco antes de irnos a la cama. Resulta preferible aguantar despiertos esas últimas horas que tirarnos media hora y estar despejados a la hora de acostarnos. A su vez, mantener unos horarios de sueño estrictos (meternos siempre en cama a la misma hora) es básico, y si durante los primeros ~15 minutos no conseguimos conciliar el sueño es preferible salir de cama y desconectar un poco en otro lugar de la casa antes de volver. 

Igual de importante es que nuestra habitación constituya un ambiente relajante, así como evitar la exposición a luces brillantes antes de acostarnos (lo cual, como ya sabrán los que asistieron a nuestras charlas sobre nuevas tecnologías, incluye móviles, e-books y televisión). Tampoco resulta especialmente recomendable la realización de actividad mental antes de dormir (leer, hacer crucigramas, usar el ordenador...), por más que leer para coger el sueño sea una conducta extendidísima en nuestra población.

Por último, la creación de rituales previos a acostarnos es de gran utilidad, pues genera una rutina que recuerda a nuestro cuerpo que es la hora de acostarnos. Por ejemplo, algo tan sencillo como lavarnos los dientes - hacer pis - meterse en cama ya constituye un ritual, y manteniéndolo durante el tiempo suficiente acostumbra a nuestro cuerpo a prepararse para dormir cuando nos dirigimos al lavabo. 


Ahora bien, ¿a qué edad deberíamos pasar al niño a su propia cama? ¿La cuna en nuestra habitación o en otra? Dada la complejidad que alcanzan las respuestas a estas preguntas, dejaremos el tema hasta otra ocasión. Hasta entonces, no dudéis en compartir con nosotros vuestras experiencias y trucos para acostar a vuestros hijos así como ideas para futuros textos.

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