miércoles, 13 de septiembre de 2017

¿Cómo debemos actuar cuando nuestros hijos empiezan el colegio?

Septiembre siempre ha sido una época de cambios. Las hojas comienzan a oscurecer, los pájaros inician sus migraciones y llega la vuelta al cole... o, para muchos niños, su inicio. Como padres, ¿qué podemos hacer para brindarles una entrada en el colegio lo más amigable posibles? 



Para empezar, la mayoría de colegios disponen de un período de adaptación, durante el cual permiten una mayor flexibilidad de horarios de entrada y recogida los alumnos. Así, resulta positivo informarnos de si el centro escogido dispone de esta posibilidad, y en caso afirmativo aprovecharla lo mejor posible. 

Del mismo modo, la actitud que tomemos en casa hacia el colegio influirá en gran medida en su adaptación, demostrando la investigación que padres ansiosos, inquietos e inseguros con respecto a la escolarización se relacionan con una mayor tasa de problemas y timidez en el aula durante las primeras semanas. Una forma de contrarrestar esto es hablándoles bien del colegio, pintándoselo como una aventura o un lugar donde podrán pasarlo bien y conocer nuevos amigos. Si conseguimos meterles la ilusión en el cuerpo irán encantados, y el camino más rápido para ello es mostrarnos nosotros mismos ilusionados. A su vez, si tenemos un hijo mayor será extremadamente útil que nos siga el juego y de la razón.

Ahora bien, esta ilusión debe mantenerse fuera del colegio. Para ello, mostrar interés por cómo le ha ido el día resulta una de las estrategias más rápidas y útiles. Preguntarle qué ha hecho, los nombres de los compañeros y qué tal se lo ha pasado constituyen una base ideal para iniciar toda clase de conversaciones relacionadas con la escuela. Del mismo modo, el mejor curso de acción a la hora de dejarlos en el colegio es intentar hacer las despedidas lo más breves y alegres posibles. Es preferible evitar mentirles ("Tú quédate aquí que yo vuelvo ahora") o utilizar chantajes emocionales ("Si lloras me pongo triste"), y en su lugar mostrarnos alegres pero firmes, recordándoles siempre que volveremos a recogerles. En caso de lloros, debemos responder con ternura pero sin prolongar innecesariamente la despedida.


Otra cosa que facilitará la adaptación será el reforzar su autonomía, véase mediante el control de esfínteres, aprendiendo a identificar sus efectos personales (ropa, juguetes) o siendo capaces de beber/comer la merienda solos. Asimismo, mantener un horario estricto de sueño durante las semanas previas al inicio ayudará a que el cambio les resulte más sencillo. Por último, nos resultará de gran utilidad mantener una buena relación con el tutor, ya sea en reuniones organizadas por el colegio o pidiéndoles nosotros mismos entrevistas para conocer qué tal le va a nuestro hijo, así como su comportamiento y relaciones con otros alumnos en el interior del aula. 

Y esto es todo. Siguiendo estos sencillos conejos los pequeños tendrán una entrada en el mundo escolar mucho más amigable que de otro modo. ¿Ya han empezado vuestros hijos el colegio? No dudéis en compartir vuestras experiencias y trucos al respecto.

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