miércoles, 6 de septiembre de 2017

10 consejos para evitar los celos entre hermanos

Tal y como comentábamos el otro día, la llegada de un nuevo hijo siempre es motivo de alegría, pero es posible que algunos estén menos contentos que otros frente a la noticia. No todos los hijos se muestran igual de interesados en tener un hermanito, y en ocasiones los celos resultan una fuente de conflicto constante. Por ello, hoy os traemos 10 sencillos consejos para reducir al mínimo los celos entre hermanos.



-Hacerle sentir importante

Esta es una de las mejores estrategias para evitar que se sienta desplazado, y podemos ponerla en práctica antes incluso de que nazca el pequeño. ¿Cómo? Por ejemplo, explicándole que, como es mayor, tendrá que enseñarle a comportarse correctamente, ayudarnos para que todo siga funcionando igual que siempre o protegerle. Otra posibilidad es que participe en la toma de decisiones relacionadas con el bebé, como la decoración de su cuarto o que elija algún juguete para darle la bienvenida [todo esto dentro de unos límites dictados por nuestro sentido común, claro; no vamos a dejarle escoger un juguete que podría tragarse el peque o con el que se pudiera hacer daño].


-No relegarlo a un segundo plano


Una situación bastante habitual tras el parto es que familiares y amigos vengan a visitarnos, sacar fotos y a hablar... sobre el bebé. Haciendo algo tan sencillo como hablar también con el mayor o que él también salga en las fotos evita que se sientan desplazados. Esta tendencia (centrarse más en los pequeños) suele mantenerse durante los primeros años, por lo que al controlarla reducimos en gran medida el efecto de uno de los principales causantes de los celos.


-No les compares



Casi nunca lo hacemos a propósito, pero frases como "El pequeño es más simpático, la mayor es más seria" pueden dar pie a celos, pues uno de los dos puede sentirse menospreciado. Teniendo esto en cuenta, resulta positivo evitar este tipo de frases en su presencia.



-Evitar la dependencia hacia un solo adulto

Por regla general, los hijos generan una mayor... "afinidad" hacia la figura materna. Esto hace que, una vez nacido el pequeñín, se sientan dejados de lado en su favor y no tengan a quién acudir. Para evitarlo, una opción es generar vínculos sólidos entre el mayor y el padre, abuelos o similares. Así, cuando mamá no pueda estar con él por estar con el recién llegado seguirá teniendo alguien a quién dirigirse sin por ello sentirse mal. 


-Intentar mantener las rutinas previas

Un nuevo hijo cambia por completo la dinámica familiar, trastocando nuestros horarios y rutinas anteriores al nacimiento. Todo esto es percibido por el mayor como "cambios en beneficio del pequeño". Debemos hacer todo lo posible para mantener los horarios de comer, jugar y hacer los deberes, para que el mayor sienta que en el fondo las cosas siguen (y seguirán) igual que siempre (y que no nos hemos olvidado de él).


-Hablarles directamente

Las soluciones más eficaces acostumbran a ser también las más simples. Uno de los mejores cursos de acción consiste en sentarnos con el mayor y explicarle tranquilamente que la llegada de un hermanito no cambiará las cosas, así como que le queremos igual que siempre (y que eso seguirá siendo así). El objetivo es brindarles un espacio para que puedan compartir sus miedos y preocupaciones, y que a cambio reciban una respuesta satisfactoria.




-Enseñarle fotos de cuando era pequeño

Puede parecer una tontería, pero muchos niños no entienden que todos los bebés necesitan ayuda y que no están ahí solo para sustituirles. Mostrarles fotografías o vídeos de cuando ellos tenían esa edad puede ayudar a que comprendan que es algo universal  y temporal. 


-Tener cuidado a la hora de buscar culpables


Algún día (probablemente más pronto que tarde) ambos serán lo suficientemente mayores para discutir sobre algo, y cada uno tendrá su versión de los hechos. A la hora de dilucidar qué ha sucedido debemos evitar dar siempre la razón al mismo por defecto, pues los juicios de valor previos pueden influir en nuestro razonamiento ("El que siempre se porta bien es el pequeño, seguro que ha sido cosa del mayor"). Resulta crucial examinar cada caso con independencia de los eventos anteriores.


-Enseñarles a compartir

Del mismo modo, con la edad suelen darse actitudes posesivas con los juguetes. Contra esto, enseñarles que los juguetes son de todos es un buen inicio, y si los problemas persisten siempre nos queda la opción de establecer tiempos de uso con cada juguete (15 minutos uno, 15 minutos el otro).





-No recriminarles los celos

Para terminar, es importante recordar que en el caso de que los celos ya hayan aparecido no debemos castigarles o echarles la bronca, pues entonces además de celoso se sentirá culpable. Es preferible hacerle entender que son algo natural pero que jamás le abandonaremos, y que para ser un buen hermano debe dejarlos de lado. Por supuesto, en caso de que los celos no remitan o sean demasiado elevados es más que recomendable visitar a un terapeuta infantil.

Y vosotros, ¿habéis tenido algún problema de celos entre vuestros hijos? No dudéis en compartir vuestra experiencia.

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