miércoles, 16 de agosto de 2017

Cómo superar el miedo escénico

El miedo escénico (terror intenso provocado ante la expectativa de hablar en público) es uno de los temores más comunes en nuestra sociedad. Vivimos en la era de la inmediatez y el "share", un lugar donde cualquier pequeño error puede acabar en Internet en menos tiempo de lo que tardas en leer esta frase. Así, son cada vez más las personas que viven aterradas pensando en dirigirse a un público amplio. Es por ello que os traemos 5 consejos que os ayudarán la próxima vez que tengáis que dar una charla.




-Fíjate bien que las herramientas que vayas a usar funcionen

Imagina que eres un empresario, profesor o jurado que debe tomar una decisión a partir de una presentación oral. Aparece el ponente, se sube al estrado, carraspea para aclararse la garganta... y la presentación de power point no va.

Es importante lo que decimos, pero también el cómo lo decimos. El equipo básico de cualquier ponente es una copia en pdf, otra en power point y un par de pendrives por si uno de los dos no funciona. Asimismo, si podéis comprobar el ordenador a usar y si los micros funcionan mejor que mejor.

-Ensayad muy mucho y muy ensayados

Exponer en público es como cualquier otra actividad, y por tanto cuanto más practiquemos mejor lo haremos. Hacedlo delante del espejo, con familiares, amigos, frente a una cámara... todo vale para mejorar, sobre todo si luego recibís feedback al respecto. Es más, si tenéis acceso al lugar donde tendréis que exponer realizad los ensayos allí.

-Menos es más

Os voy a poner dos páginas de Power Point. 




¿Cual preferís? ¿Cual os parece más claro? No por llenarlo todo de transiciones y efectos transmitimos una mayor profesionalidad; al contrario. Además, si escribimos en la transparencia todo lo que tenemos que decir el público no tendrá motivos para hacernos caso.

-Intenta hablar como lo haces habitualmente

Trata de olvidar que estás dando una presentación y dirígete a tus oyentes como si estuvieras con un conocido en una cafetería. A nadie le apetece oír durante 30 minutos una exposición con un tono monótono y aburrido, así que tu voz y tu lenguaje corporal deben transmitir tu interés por el tema. Los seres humanos estamos más dispuesto a escuchar a alguien apasionado que a alguien asustado de la materia a tratar. 

Cuidado: esto no significa que podamos decir cualquier cosa que se nos pase por la cabeza. Ser cercano no justifica el uso de expresiones malsonantes u ofender a nuestro público.

-La brevedad es un arte

Si te dicen que la presentación debe durar "sobre 30 minutos", es preferible que se quede en 25 antes que 35. La atención humana es algo efímero, y cuanto más tiempo le exijas a tu oyente más probable es que abandone y se dedique a otra cosa.

Y para hacer honor al último enunciado y no alargar esto innecesariamente, lo dejamos por hoy. ¿Alguna vez tuvisteis problemas para hablar en público? Contadnos vuestras experiencias en los comentarios y cómo hicisteis para superarlo.

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