miércoles, 6 de febrero de 2019

¿Qué es el cyberbullying?

Ayer martes 5 de febrero nos acercamos al Compaía de María de Cangas de Morrazo con motivo del día Internacional de Internet Seguro. A lo largo de la mañana participamos en varias charlas con el alumnado de cara a concienciarles en los riesgos de Internet en general y en el cyberbullying en particular. Con todo esto en mente, creemos que puede resultar de especial interés repasar un poco lo que sabemos del cyberbullying y qué deberíamos hacer en caso de encontrarnos en una situación similar. 

Como ya hablamos en bastante profundidad del bullying tradicional en uno de nuestros textos del año pasado, esta vez nos centraremos más en cómo funciona a través de internet y sus particularidades.


Lo primero del todo. Si nuestros hijos no tienen móviles, ¿podrían sufrir ciberacoso? Por sorprendente que pueda parecer, la respuesta es sí. El ciberacoso no se reduce a los smartphones, sino que también puede darse a través de tablets, ordenadores, smart tvs e incluso relojes inteligentes. Asimismo, el carecer de todos estos objetos no nos inmuniza a los ataques por allí; a menudo puede darse el efecto contrario, de que aprovechen que no tiene forma de enterarse o defenderse para realizar ataques a su dignidad en redes sociales o aplicaciones a las que no tiene acceso. 

El acoso informático toma muchas formas, y las amenazas y los insultos son solo algunas de ellas. Suplantar la identidad de la víctima, incitar a terceros a atacar (física o digitalmente) a la víctima o expandir rumores que atenten a su persona son ataques de lo más habituales en la época de internet, no necesitando ninguno de ellos de la presencia online del agredido para funcionar. 

Todo esto no son "bromas", "tonterías" ni "material para forjar el caracter". El acoso por internet puede causar daños tan o incluso más grandes que el físico, principalmente porque pueden recibirlo en cualquier momento (ni siquiera en sus propias casas están seguros contra él), el anonimato les impide saber cómo defenderse y las humillaciones, insultos y ataques quedan colgados para siempre en internet


¿Qué podemos (y deberíamos) hacer con todo esto? En primer lugar, concienciar a nuestros hijos de que deben contárnoslo. Muchos (demasiados) jóvenes creen que si se lo dicen a sus padres o los profesores no solo el acoso seguirá, sino que de guinda les castigarán sin el móvil/tablet/ordenador de turno. Ante esa perspectiva, ¿quien en su sano juicio pediría ayuda? Resulta prioritario hacerles entender que el acoso no es algo que vaya a pasar por si mismo, que no vamos a castigarles por nada de ello y sobre todo que tienen que decírnoslo para que podamos actuar.

En segundo lugar, hemos de guardar todas las pruebas de las que dispongamos y ponernos en contacto con el colegio de inmediato. En la actualidad existen programas de actuación contra el acoso sea cual sea su forma, pero como siempre toda prueba que podamos presentar inclinará la balanza en nuestro favor (así como también acelerará el proceso). Por último, si el colegio no nos da alternativas, os dejo por aquí el contacto de la unidad especializada en casos de acoso de la policía, quienes os asesorarán mejor que nadie en cual debería ser el mejor paso en función de las características del caso.

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